El acto, impulsado por las Cortes de Aragón y la Fundación que lleva su nombre, congrega a cerca de un centenar de invitados en el salón San Jorge de la Aljafería. Los dos copresidentes de la entidad, Violeta Barba y Manuel Giménez Larraz, defienden el pluralismo y la respuesta democrática ante “los desafíos de la radicalidad” y se muestran esperanzados en que finalmente se haga justicia
Las Cortes de Aragón han vuelto a recordar al político aragonés Manuel Giménez Abad, que fue asesinado hace 18 años por la banda terrorista ETA, con el tradicional y emotivo ‘Homenaje a la Palabra’, organizado por la fundación que lleva su nombre. El acto, que ha congregado a cerca de cien invitados en el salón San Jorge del palacio de la Aljafería, se ha convertido en una reivindicación del “valor del diálogo, el acuerdo y la tolerancia”, tal y como ha expresado la presidenta de la institución, Violeta Barba.
“En momentos donde sobran los gritos y se echa en falta la reflexión, es preciso recordar que el otro puede tener razón y que nadie es dueño exclusivo de la verdad”, ha manifestado la también copresidenta de la Fundación Manuel Giménez Abad. En su opinión, “aunque la discrepancia es legítima y necesaria, debe darse siempre desde el respeto al otro y la aceptación del espacio común de convivencia que es una sociedad democrática”.
Barba ha sido la encargada de abrir el acto para recordar la figura de quien fuera también letrado mayor de las Cortes, consejero del gobierno de Aragón y diputado, y para ensalzar el pluralismo del parlamento, en el que desarrolló gran parte de su carrera profesional Giménez Abad. “La convivencia se fundamenta en el respeto de las reglas que, sin bien otorgan a la mayoría la capacidad de decidir, le imponen simultáneamente el deber inexcusable de respetar y amparar a las minorías”, ha defendido.
Frente al desafío de la radicalidad, Barba ha incidido en cómo “las sociedades decentes han de responder con inteligencia y valores democráticos”. Y se ha mostrado esperanzada en que 18 años después del asesinato del político aragonés “finalmente se haga justicia”, en un momento en el que tras años de investigaciones y gracias al reconocimiento de su hijo y otros testigos, el presunto autor, el etarra Mikel Carrera, va a volver a ser procesado.
Tras Barba ha tomado la palabra el copresidente de la Fundación e hijo del homenajeado, Manuel Giménez Larraz. En una emotiva intervención, ha recordado como tras el asesinato de su padre toda la familia “aprendió aún más la importancia de respetar y alimentar los valores de igualdad, libertad y tolerancia”, pese a las diferencias políticas.
Valores –ha dicho- que encarna la Fundación, a la que ha agradecido que en todos estos años “no solo haya preservado la memoria” de su padre, sino que “la haya agrandado y proyectado a otros territorios”. Y valores que son base de la “convivencia y la cultura democráticas”, que ha llamado a defender y a “esmerarse en preservar” frente a los amenazas de “los nacionalismos extremistas e ideas totalitarias” porque “son principio básico del mantenimiento de nuestro sistema político y no son irreversibles”.
Para concluir, Giménez Larraz ha querido agradecer el trabajo de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y de la justicia en todos estos años, porque “no han dejado nunca de investigar”. “Ojala podamos poner pronto cara y ojos a quien nos arrebató a mi padre”, ha concluido.
En el transcurso del acto, se han entregado también los premios de investigación que otorga la Fundación sobre el parlamento y las instituciones democráticas y la organización territorial. En esta edición, han sido reconocidos sendos trabajos de Santiago González sobre la función de control parlamentario para afrontar los desafíos del nuevo modelo social y de Pablo Guerrero, sobre la incidencia y las consecuencias en el Estado autonómico de la reforma del artículo 135 de la Constitución y del principio de estabilidad.