La muestra se podrá visitar hasta el próximo 7 de marzo y está compuesta por más de una veintena de pinturas y dibujos con el mar Mediterráneo como protagonista, mostrando el contraste entre los desfavorecidos y lo opulento
Las Cortes de Aragón cierran el año cultural del Palacio de la Aljafería con la exposición ‘El mar de nuestros muertos’, del arquitecto zaragozano José Manuel Pérez Latorre, que se podrá visitar en el Palacio de la Aljafería hasta el próximo 7 de marzo. A través de más de una veintena de pinturas y dibujos, la muestra refleja qué siente el autor cada vez que ve, escucha o lee una nueva noticia en la que se relata la muerte de cientas de personas en el Mediterráneo.
“El Mediterráneo que nos dio la vida ya no existe. Ahora, en el siglo XXI, ese mismo mar es atravesado por gentes que ya no comercian, que no navegan con el fin de explorar nuevas fronteras, que no viajan por el placer de viajar, que lo hacen desde la humillación de tener que abandonar la tierra que los viera nacer para escapar de una vida plagada de guerras y miseria”. Esta es una parte de la reflexión del arquitecto zaragozano que se puede leer a la entrada de la exposición.
Pérez Latorre ha expuesto durante la presentación de la muestra la sensación que le produce “ver imágenes de personas llegando a las playas y cómo la gente sigue tomando el sol”. Unos sentimientos que le han servido de guía para realizar sus cuadros, que reflejan la tragedia a través de paisajes coloridos: “La tragedia tiene sol y colores, no he querido ser trágico”.
Durante la presentación, el arquitecto ha estado acompañado por el presidente de las Cortes de Aragón, Javier Sada, y la secretaria primera de la Mesa, Itxaso Cabrera. Sada ha destacado durante la inauguración que aunque la exposición “está dedicada a un lugar que a todos nos ha hecho felices”, la mirada hacia el Mediterráneo que propone Pérez Latorre “está llena de dolor” porque ese mar “de sueños, libertad, culturas, comerciantes y pueblos pequeños se ha convertido en el mar de nuestros muertos”. “El Mediterráneo, un mar inspirador para la vida, se ha convertido en un gran muro infranqueable que separa todavía más el norte y el sur”, ha lamentado Sada.