El historiador del Arte Alberto Castán y la gestora cultural Vicky Calavia han sido los encargados de acompañar a la directora de cine aragonesa en su visita esta tarde al Palacio taifa zaragozano en una nueva edición del ciclo “Conversaciones en la Aljaferia”
Zaragoza, 23/05/2017.- El Parlamento autonómico ha abierto sus puertas esta tarde para recibir a la directora de cine aragonesa Paula Ortiz (Zaragoza, 1979), en una nueva edición del ciclo “Conversaciones con en la Aljafería”, en la que, de la mano del historiador del Arte Alberto Castán y de la gestora cultural Vicky Calavia, el público asistente ha podido descubrir la parte más íntima de la realizadora, así como sus referencias profesionales y artísticas y las pautas y estructuras organizativas que tiene presentes a la hora de hacer cine. Ortiz ha explicado al público su trayectoria, que comenzó con la realización de diversos cortometrajes como Fotos de familia o El rostro de Ido, del cual se han podido ver sendos fragmentos.
La realizadora ha hablado de sus inicios, en los que empezó a tomar contacto con el celuloide gracias a varias becas, de las que ha asegurado que “son imprescindibles para apoyar los comienzos de la gente que no venimos de familias de cine ni tenemos muchísimo dinero”. En una estancia en Nueva York, un tutor suyo le conminó a que además de teorizar sobre los guiones elaborase uno propio que “viviese en sus carnes”: y así nació De tu ventana a la mía (2011), su primer largometraje. “Una experiencia durísima, en la que comprobé que, además de su dimensión creativa, el cine es un lugar de numerosos intereses, sobre todo económicos, porque mueve mucho dinero creando imaginarios y es una de nuestras partes vitales diferida a los mundos creados en pantalla. Eso tiene muchas implicaciones que yo no había medido al hacer la película”, ha señalado Ortiz, que ha destacado no obstante que “fue muy bonito ver cómo respondió el público en general al trabajo, pero sobre todo en Aragón”.
Con la historia, la artista trató de confeccionar “un tapiz femenino con las diferentes edades de la mujer desde generaciones que habían sido silenciadas y cristalizar en ellas esos tres mundos y paisajes, lo cual fue muy complejo”. “Al ser mi primer largometraje, a la hora de afrontarlo pensé que como era capaz de hacer un corto podía serlo también de hacer una película compuesta por tres historias”, ha comentado.
Su último y galardonado largometraje, La novia (2015), adaptación libre de la obra Bodas de sangre (1931) de Federico García Lorca, fue todo un éxito. “Tras De tu ventana a la mía pensé que nunca volvería a hacer una película, porque la experiencia había sido muy dura. Pero tenía claro que si volvía a hacerlo sería con Bodas de sangre, porque Lorca conecta como un faro que cada vez que vuelve a desplegarse es capaz de dar luz”. “Cada vez que aparece vuelve a ser lunoso, ilustrativo y te revuelve todo. Esa forma poética me parece vital hoy en día. El poeta fue una grieta de luz en un momento de derrumbe, como toda la generación del 27 y la institución libre de enseñanza”, ha resaltado. Con respecto a las críticas de “pretenciosa” que recibió por este trabajo, Ortiz ha manifestado que “si no pretendes, para qué hacerlo”.
En cuanto a sus películas predilectas, la directora ha citado Ordet (Carl Theodor Dreyer, 1955), El Ángel Exterminador (Luis Buñuel, 1962) y Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988) como las que más le “impactaron y claves para la historia del cine”. Ha apuntado también que la tragedia es un género que “a día de hoy no se quiere tocar”, salvando los casos de los directores Lars Von Trier y Haneke, “que son los que abren realmente la herida del momento que vivimos”.
Asimismo, ha apuntado que actualmente está trabajando en dos guiones y que, aunque le encantaría hacer comedia, no se ve capaz a día de hoy porque “es muy difícil no solo hacer reír sino mostrar la dimensión ridícula del ser humano”. Tras estas palabras, se ha llevado a cabo un breve coloquio con el público asistente.