La sede de las Cortes de Aragón exhibe, desde hoy y hasta el próximo 9 de diciembre, diecisiete obras del artista afincado en Zaragoza que, según ha destacado en el acto de inauguración la presidenta de la institución, Violeta Barba, deberían servir para provocar “una reflexión que hemos de tener bien presente para frenar los discursos xenófobos”
Zaragoza, 02/10/2018.- “Algunos saben dónde van y sueñan con una vida mejor; otros se limitan a huir, satisfechos con estar vivos. Todos cambian en el trayecto, como los pasaportes mojados. Muchos, como los documentos perdidos, nunca llegarán a su destino…”. De esta forma ha resumido la presidenta de las Cortes de Aragón, Violeta Barba, la esencia del nuevo proyecto expositivo que acogerá, durante los próximos sesenta y ocho días, el Palacio de la Aljafería, y que esta mañana ha sido presentado de forma oficial bajo el epígrafe ‘Sueños… y Realidades’.
Se trata de un recorrido artístico por el fenómeno de las migraciones de la mano de Ricardo Calero (Jaén, 1955), uno de los nombres imprescindibles en el panorama artístico zaragozano de las últimas décadas a través de sus esculturas, sus grabados y sus denominadas acciones-instalaciones. Precisamente, este tipo de obras forman parte nuclear de las diecisiete piezas que componen la muestra, abierta al público en la Sala de Pedro IV hasta el próximo 9 de diciembre.
En este sentido, Barba ha recalcado en su alocución que “estamos ante una exposición diferente, como se aprecia ya a simple vista, que nos invita a reflexionar, a cuestionarnos la propia humanidad de nuestra sociedad, a recapacitar sobre el concepto de identidad y sobre todo aquello que rodea a las migraciones…”. Maletas suspendidas, un barco de metacrilato repleto de pasaportes, piedras, papeles y fotografías conforman, según la presidenta de la institución, “una interesantísima mirada sobre las migraciones”, de una forma “tan creativa que estoy segura no va a dejar a nadie indiferente”.
Es, consecuentemente, este compromiso “con las personas, con las más desamparadas, que se ven empujadas a emigrar, a emprender un viaje cuyo destino es cuando menos incierto” una de las señas de identidad de un trabajo que, en su opinión, debe servir para hacer “memoria y justicia” y, de esta forma, “dispensar el trato digno que merecen los migrantes”. “Una reflexión –ha continuado– que hemos de tener bien presente para frenar los discursos xenófobos, tan recurrentes hoy en día por desgracia, que aprovechan cualquier circunstancia para generar alarma y para herir y culpabilizar al otro”.
Por su parte, Calero ha alertado de la “falta de memoria” de la sociedad actual ante el proceso de la inmigración, que “frecuentemente olvidamos que ha marcado el devenir de la humanidad”. Esa trascendencia fue la que le movió a iniciar hace ya diecisiete años un proyecto artístico –‘Sueños en el mar’– que “no creí que hoy fuese tan actual”. Diez años de trabajo y 3.650 copias de pasaportes lanzadas al mar sintetizan “una metáfora del proceso de una vida, puesto que todos, aunque no nos movamos de nuestra ciudad, de nuestro barrio, sufrimos en nuestro interior un proceso migratorio”.
El autor, que al final del acto ha entregado simbólicamente una copia de un pasaporte a Barba con el lema de que “el futuro no tenga ni límites ni fronteras”, se ha mostrado “encantado” del resultado de la muestra, por el reflejo logrado una temática que, según ha recordado, “encaja muy bien en un edificio cargado de historia a lo largo de siglos, con referentes de otras culturas que han quedado grabadas”.