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Elvira Lindo y las personas que están detrás de los libros

Elvira Lindo y las personas que están detrás de los libros
La escritora andaluza se ha confesado ante más de cien personas que han llenado la Sala Goya en una nueva sesión de "Conversaciones en la Aljafería", donde, además de profundizar en su nuevo libro, ha confesado junto a Luis Alegre y Eva Cosculluela que descubrió su verdadera vocación después de leer 'Mujercitas'

Zaragoza, 10/12/2018.- ¿Quién hay detrás de los libros? Esta es la pregunta que se hizo la escritora Elvira Lindo después de leer el libro “Mujercitas”. Una lectura que resultó ser reveladora porque le llevó a descubrir la vocación de su vida. Esta es una de las muchas confesiones que ha realizado esta tarde la andaluza durante una nueva sesión de “Conversaciones en la Aljafería”, donde se ha abierto al público junto al escritor Luis Alegre y la librera Eva Cosculluela.

Siempre se ha definido como una niña alegre y cariñosa, pero ha reconocido que lo hace porque es como le han definido en su casa desde pequeña. “No me ha quedado más remedio. Igual lo hacían para no decirme que era más fea que mi hermana, pero lo cierto es que en casa se reían mucho conmigo y con el tiempo me di cuenta de que se reían de mí”, ha recordado.

Una muestra de su inocencia, una característica que ella misma ha reconocido asegurando que siempre se ha creído los trucos de los magos. Y a pesar de que cree que “los buenos creadores son los que se creen los trucos de magia porque son capaces de entender la fantasía”, ha lamentado que esa inocencia le ha llevado a “escribir cosas que consideraba humorísticas y luego han resultado ofensivas para alguien”. Una situación que para Elvira Lindo era dura “porque no era consciente”.

“No fui un bebé deseado y mis padres me lo decían continuamente porque en aquellos tiempos era normal”, se ha confesado la escritora, que ha celebrado que cuando nació, al menos, sus padres celebraron que era niña. “Acerté”, ha bromeado Elvira Lindo, que ha asegurado que se ha aplicado “este papel de que a pesar de no ser deseada fui bien recibida para sobrevivir en la vida”.

Gran parte de “Conversaciones en la Aljafería” ha versado sobre la infancia porque tiene un papel relevante en su libro ’30 maneras de quitarse el sombrero’. Elvira Lindo cree que todas las personas “deben dejarse marcar por las cosas que le pasan” y ha hablado sobre las mujeres que aparecen en su libro porque, en su opinión, “les fue negada la blandura y tuvieron que ser duras”.

Una máxima que ella también vivió en su infancia. “Mi padre era un hombre muy machista, pero conmigo fue especial y lo fue menos que con mi hermana, pero porque yo lo peleé desde pequeña y huía de todo lo que me hiciera de menos”, ha confesado. La escritora también ha reconocido “tener mucho orgullo” y haber conseguido todos los logros en su vida “a base de codazos”.

Algo de lo que también ha intentado huir Elvira Lindo es de ‘Manolito Gafotas’, la obra que le catapultó a la fama, porque cree que le hubiera encasillado en el humor y en el mundo infantil: “Estos libros y ‘Tinto de verano’, que son los que más dinero me han dado, podrían haberme encasillado y yo tenía muchas otras cosas en la cabeza para hacer”.

Su nuevo libro es profundamente feminista y la escritora ha querido hacer una reflexión sobre este movimiento porque insiste en que no quiere aguantar que la califiquen como una feminista perfecta. “Este movimiento lo han impulsado mujeres muy jóvenes a las que veo proactivas pero débiles en el sentido de no saber cómo contestar a alguien en el momento. Mi generación ha tenido otra educación, ha vivido más en la acción que en la teoría y somos más fuertes”, ha dicho.

No cree que sea más difícil hacer humor ahora que antes, pero defiende que no le hace gracia quien intenta hacerle reír todo el tiempo: “Todo va muy deprisa y todos los programas tienen que tener humoristas que se ven obligados a decir cosas de risa sin parar”. También rechaza que “alguien acabe en los tribunales por decir lo que piensa porque afecta a todo el discurso de libertad de expresión” y ha defendido que “el humor tiene que tener su punto cruel”.

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